Jábegas: La Embarcación Tradicional Malagueña Que Surca La Historia del Hotel Posadas de España Málaga en Málaga. Web Oficial.
Jábegas: la embarcación tradicional malagueña que surca la historia
¿Sabías que en las playas de Málaga aún navega un legado milenario? No son barcos cualquiera. Son criaturas de madera que parecen susurrar historias antiguas al romper las olas: las jábegas. Y si nunca has oído hablar de ellas, prepárate para descubrir una joya cultural que sigue viva contra viento y marea.
Un origen tan antiguo como el Mediterráneo
Las jábegas no son solo embarcaciones: son el testimonio flotante de siglos de vida marinera. Su nombre parece venir del árabe shabbaka, que significa red, y ya en la época fenicia —¡sí, hace más de 2.500 años!— existían barcas con formas similares surcando las costas malagueñas.
Lo fascinante es que, a pesar del paso del tiempo, estas embarcaciones han mantenido casi intacta su silueta: alargada, ligera, de proa afilada y con una popa que se eleva como la cola de un pez mitológico. Cada línea de su diseño tiene un porqué, forjado por generaciones de pescadores que dependían de su agilidad para salir a faenar al amanecer.
Artesanía con alma
La construcción de una jábega es una obra de arte que no se aprende en libros. Se transmite en los astilleros tradicionales, entre serruchos, virutas y recuerdos. Cada embarcación se fabrica con maderas resistentes como el pino o el roble, y puede llegar a medir entre 7 y 9 metros de largo. Pero no todo es fuerza bruta: hay delicadeza en sus formas, en el colorido de sus dibujos, en los ojos pintados en la proa, que vigilan el mar y protegen a su tripulación.
¿Lo más curioso? No se navega a vela ni con motor. Las jábegas se impulsan a remo, y hacerlo en perfecta sincronía es todo un arte. De ahí que hoy en día sean protagonistas de una de las competiciones más emocionantes del verano en la Costa del Sol.
De la pesca… al espectáculo
Durante siglos, las jábegas fueron compañeras inseparables de los pescadores de la bahía. Desde El Palo hasta Pedregalejo, eran parte del paisaje diario. Pero con la modernización de la pesca, poco a poco fueron relegadas a un segundo plano. Y entonces ocurrió algo inesperado: la tradición se reinventó.
Hoy, las jábegas viven una segunda juventud gracias a las regatas populares que cada verano animan las playas de Málaga. Equipos de remeros, entrenados durante meses, compiten con furia y pasión en un circuito que va desde Rincón de la Victoria hasta la capital. El sudor se mezcla con los aplausos, y el mar se llena de energía. Las regatas no solo mantienen viva la tradición: la celebran.
Mucho más que una barca
Pero una jábega no se entiende solo como herramienta de pesca ni como vehículo de competición. Para muchos malagueños, es símbolo de identidad. Representa la conexión con el mar, con los antepasados, con ese espíritu mediterráneo que sabe de lucha, de comunidad y de belleza sencilla.
Algunas incluso reciben nombres propios, como si fueran miembros de la familia. Otras forman parte de asociaciones culturales, de hermandades de pescadores o de proyectos educativos. Y si paseas por el litoral, es fácil que te encuentres con una en exposición, adornada con flores o farolillos en alguna fiesta local. Porque aquí, la jábega es tan querida como un coplilla o una buena porra antequerana.
¿Dónde verlas hoy?
Si visitas Málaga, no puedes perderte una regata de jábegas (las hay entre mayo y septiembre) o darte una vuelta por el Ecomuseo Astilleros Nereo o los barrios marineros de El Palo y Pedregalejo, donde aún se cuidan con mimo como tesoros del pasado.
Y si tienes la suerte de ver una en plena acción, detente. Escucha el ritmo de los remos, observa cómo corta el agua… y deja que te cuente, sin palabras, su historia milenaria.
¿Lo sabías?
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